domingo, 29 de enero de 2017

Casabe, Cachapa y el desayuno de la diáspora

Definitivamente, el desayuno es mi comida favorita, en los fines de semana se convierten en una verdadera delicia que me encanta compartir con Ysabel, y son espectaculares en esos puentes de festivos que cazamos en el calendario. Como siempre, lejos del terruño uno descubre que hay un montón de cotidianidades que la distancia borra y que esto ocurre aún en las mejores condiciones como en las que nos encontramos: geográficamente cerca, compartiendo una misma lengua e historia. 

En Venezuela las arepas, el casabe y las cachapas, pasan de ser acompañantes a platos centrales de los desayunos. No había otra manera de iniciar este blog que reconocer abiertamente que soy un advenedizo a las arepas y así dejamos constancia hace ya varios años en la redacción de estas anécdotas culinarias. 

Casabe

El casabe (casave o cazabe) es una de esas cotidianidades que se desdibuja cuando nos alejamos de Venezuela. Uno cree que al igual que el maíz, la yuca nos une y es así pero las rutas son otras.  El casabe es un pan ácimo (sin levadura), crujiente, delgado y circular hecho de harina de yuca que se asa en un budare, comal o a la plancha. Al igual que el ají dulce, nos recuerdan a los venezolanos el origen amanzonense de nuestra cultura caribe.  En Brasil y Perú, se le conoce también y se denomina tapioca a la masa de harina de yuca húmeda, tamizada y cocida a alta temperatura. 

Sorprende que el casabe es hecho a partir de una yuca venenosa: yuca brava o amarga, que se distingue de la yuca dulce que sancochamos y nos acompaña en tantos platos. Esta yuca amarga tiene un alto contenido en arsénico pero, por arte de magia, al cocinarla la temperatura nos la purifica y la hace comestible. 

Entonces, empujado por esa añoranza de un casabito uno explota la cercanía y le encarga a los amigos que, cuando vengan del terruño, le traigan unas tortas de este pan insípido. Además,  por esa cercanía cultural y porque el llano es uno solo,  se intuye que en el llano colombiano hay abundante casabe, y comienza también la encargadera interna. Pues no, no es tan así. E casabe en el llano colombiano se conoce, pero no es que se encuentra en cualquier esquina. 

Con todas esas dificultades y la añoranza a flor de piel nos armamos de audacia para hacer nuestro propio casabe e INTERNET vino al auxilio. Sabíamos que la farofa brasileña (mañoco de la amazonía colombiana y venezolana) era de yuca amarga y rápidamente vimos cómo hacer versiones de casabe caseros. La más simple de las recetas que conseguimos viene de un sitio web http://www.indigenous-rainforest-keepers.com/ de activistas indígenas de la amazonía. La receta es muy simple y sorprendente. La transcribimos aquí:
  • 200gr de harina de yuca amarga (farofa, mañoco o mezclas mas industriales)
  • 150ml de agua (depende de lo fino de la harina)
Se mezclan con una cuchara hasta que el resultado sea una harina (hidratada) más gruesa pero homogénea. Se presiona constantemente sobre un sartén o un budare para que compacte mientras se va tostando. 

En el acto por whatsapp compartimos en enlace y la audacia con la respuesta inmediata de la diáspora. Desde Brasil Williams Barreto, con la inmensa ventaja de tener harina para hacer tapioca "hasta pa tirar pal techo", me cuenta que ahora sus desayunos incluyen el casabe de la añoranza. 

Así, casi por arte de magia y farofa tenemos casabe para los desayunos de los fines de semana en el exilio.

Cachapas

Heredera de la cultura de los hombres de maíz, la cachapa es otro de los panes de los fines de semana.  La arepa de choclo es una variante colombiana de la cachapa y en Costa Rica probé las chorreadas que están más cerca de la cachapa que la misma arepa de choclo.  

Aquí aparecen las ventajas de la cercanía y se consigue jojoto (mazorca o elote) tierno y hasta desgranado. Una verdadera maravilla. Mi receta de fin de semanal de cachapa va como sigue
  • 500 gr de jojoto (choclo) tierno y desgranado
  • 1/2 de taza de leche
  • 1 huevo
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/4 de taza de panela, papelón o azúcar morena
Se coloca todo en una licuadora y se mezcla o, se hace puré con una batidora de mano. Tiene que quedar como una masa gruesa y, dado el caso, se puede ajustar con harina de maiz (preferible). En una sartén se extiende la mezcla y se hace tipo panqueques. Las he visto hacer con maíz tierno enlatado y harina de trigo, pero esto de vivir en tierra de hombres de maíz tiene sus ventajas.

Como dice @hectorrago en la diáspora del exilio, ".... cuando no hay cachapa se hace, cuando no hay casabe, se hace.... y del amor no digo nada"